Hoy Perú terminó de juzgar -y halló culpable- a uno de sus ex-presidentes, el peruano-japonés Alberto Fujimori.
Mi post no apunta a evaluar si el fallo ha sido justo, adecuado, ni nada por el estilo, sino que apunta a despertar una reflexión: ¿en cuántos países de nuestra actual latinoamérica podemos imaginarnos que alguien que esté en algún cargo de poder actualmente pueda ser juzgado por sus acciones durante su gobierno?
Obviamente existen ciertos elementos como una cuasi-ruptura institucional en Perú luego del gobierno de Fujimori (aunque con el paradójico retorno de Alan García al poder, quien había sido presidente antes de Fujimori) que afectan "las estructuras de poder" que pudieran haberse establecido y que facilitan el proceso.
Sin embargo, no deja de sorprenderme que un Presidente que supo acumular bastante poder -y fue cuestionado por eso- pueda, tan solo 10 años después de abandonar el poder, ser condenado en un proceso penal transparente (al menos en las apariencias). Cabe recordar también que los sucesos por los cuales se lo condena fueron en parte los que desencadenaron su dimisión y alejamiento de la vida política.
Puede ser que esté falto de imaginación, pero realmente no puedo imaginar que de acá a 10 años siquiera se conduzca una investigación seria sobre el gobierno de George W. Bush, Hugo Chávez, Fidel Castro, o los infames Kirchner. Inclusive Menem es aún elusivo para la justicia Argentina teniendo ya algunas causas abiertas. Realmente no creo que se pudiera, si la situación lo ameritara, siquiera llevar a cabo la investigación en Uruguay -con un respeto por las instituciones que considero bastante más serio que los de los otros países mencionados-.
Un aplauso para Perú hoy, por demostrar que nadie está exonerado de cumplir con la ley.
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