miércoles, junio 09, 2010

¿Hasta cuándo?

Terminó ayer (o fue puesto en pausa por 4 meses, al menos) un largo conflicto entre Conaprole y su sindicato de trabajadores que, para variar, tomó de rehén al conjunto de la población. Pero esta nueva muestra de patoterismo sindical tiene una particularidad que la hace caer en el rídiculo: las medidas "sindicales" ocurren en defensa de un trabajador que fue filmado in fraganti mientras incumplía seriamente con su trabajo, entregando mercadería de la empresa sin facturar.

Aunque la justicia dictaminó que el hecho no constituía un acto criminal (y por lo tanto no procesó al acusado), el mismo siguie siendo una omisión grave en sus funciones y por lo tanto, causal de despido. A modo de ejemplo, cualquier empleado de cualquier empresa si falta un par de semanas consecutivas sin justificación, no comete un delito, pero incumple fuertemente con sus tareas y genera causal para su despido. Pero esto no es discutido ni por los mismos trabajadores. En el programa "Las Cosas en Su Sitio" Ignacio Álvarez le preguntó a un representante sindical: "¿Uds. sostienen que no hubo incumplimiento en la tarea por parte del trabajador despedido?", a lo que campantemente el dirigiente respondió: "No lo niego ni lo confirmo".

A partir de esto me surgen una infinidad de preguntas: ¿Cuál es entonces el argumento del sindicato de Conaprole (y del PIT-CNT que lo respalda) para defender lo indefendible y perjudicar al conjunto de la población en esa lucha? ¿Cuál es el rol del gobierno si no puede laudar de forma definitiva un conflicto que a todas luces surge como un capricho sindical más que una medida de lucha justificada? ¿O las soluciones tajantes son solo cuando los caprichosos son los empleadores y no los "compañeros" del PIT-CNT (que son más que eso: son votantes y hasta integrantes de las listas del partido de gobierno)?

Pero la más importante de las preguntas no es para los sindicatos ni para el gobierno. La más importante es para nosotros, el resto de la población que se ve perjudicada por una lucha que le resulta tan ajena como inapropiada. Porque esto ocurre solo en virtud de que lo permitimos, de que elegimos gobernantes que no están dispuestos a lidiar adecuadamente con la situación y no les manifestamos nuestra inconformidad.¿Hasta cuándo?

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